Lo básico y fundamental para desarrollar un producto ecológico, es que el pensamiento de quién lo fabrica, también lo sea.
La gran mayoría de colchones que se están vendiendo en nuestro país, no son biodegradables en absoluto.
Separar todas las materias que compone un colchón usado, es una tarea complicada debido a que la mayoría de capas son de fibras de poliéster y polímeros de cualquier tipo.
Nada de todo esto es biodegradable, y éste es un gran problema para nuestro planeta.
Se utilizan colas para pegar las tapas que aunque estas ya no contengan Tolueno el cual está totalmente prohibido, siguen utilizando todo tipo de cola con mucho disolvente.
Un fabricante de colchones ecológicos, no debería en absoluto utilizar ningún tipo de polímero, que son las espumas diversas que se utilizan, así como tampoco ningún tipo de fibra de poliéster para los acolchados de sus tejidos.